domingo, 26 de octubre de 2008

En mi dormitorio está colgado esta reproducción de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. En él aparece la mano de Dios comunicando su energía al hombre en el 6º día de la creacion. Cuando el hombre se hace semejante a Dios, Nietzsche lo llamaba "superhombre". Es el niño que todos llevamos dentro que se expresa ccon libertad, sin tener que callar ante las injusticias y sin tener que contar lo que sólo él sabe por revelación.
La patristica de finales de la antigüedad cuenta lo mismo. Un hombre le pregunta a un sabio: ¿cuál es la esencia del cristianismo? y el sabio le responde: "que Dios se haga hombre y el hombre se haga Dios". El cuadro de la ilustración es un buen recordatorio de nuestra tarea en la Tierra.

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